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lunes, 6 de mayo de 2013

Llevo un año, Me doy un homenaje, EL EDIFICIO.


EL EDIFICIO

El presente edificio se compone de tres plantas, planta baja, planta primera y planta segunda, ZZZZ
cada una de ellas tiene la superficie útil necesaria para dar respuesta adecuada a las necesidades planteadas, ZZZ
huelga decir que las tres plantas estan unidas por un núcleo de comunicaciones vertical integrado por un ascensor y por una escalera que posibilita la rápida evacuación en caso ....ZZZZZZZZZZZZZ, SSSSSSSSSSSSSH! SSSSSSSSSSH! zzzzzzzzzzzzzz...

...Quizás para ser llamado edificio, faltaba sólo la  bandera del tejado
Por cuestiones intrínsecas al estilo moderno se había dispuesto el mar en la segunda planta (cosa de una estética aplastante pero carente absoluto de funcionalidad y sentido)
La impermeabilización del forjado era deficiente y las lluvias torrenciales caían constantemente en el piso inferior
Este importante hecho, unido a la proliferación de flores con lágrimas humanas como puños, favorecieron el crecimiento incontrolado del bosque caducifolio en la primera planta...
para tomar posesión de ella tuve que construirme un árbol tótem.
La plantación del  árbol tótem se hizo de la manera más convencional:
Apuntalamiento, encofrado, vertido del hormigón,
y restos de olvido
para las raices
y restos de memoria
para el tronco,
injerto de ramas y hojas
para la estructura sustentante
grúa telescópcia
para agitarlo los días de viento,
y páginas numeradas
para el contrapeso.
En los meses trepadores del verano, alquiler de hormigas, orugas y arañas
En los días festivos de otoño, tinte en las hojas como pájaros
(las demás estaciones del año desaparecieron por impago)  
Cambiar de planta era una labor para iniciados
El ascensor era inaccesible y funcionaba en las plantas de piso impares, la escalera principal conectaba con dimensiones no euclidianas, así que para llegar a la segunda planta debía subir por la escalera  de servício,
incendios, ataque de cuervos, terribles gotas de rocío y manchas de polvo, me acechaban a cada escalón, los flotadores se explotaban al contacto con mi miedo y el sol de invierno se negaba a amanecer.
Por estas complicaciones y otras que soslayo por no aburrir, decidí subir al mar una vez al día, pero jamás volvía a bajar, pero sí volvía a subir,  así  iba acumulando en la segunda planta,  las personalidades reflejadas, reflexivas, y recíprocas de mis largas estancias de los días y noches de verano.
En la planta baja quedaron todos los restos de la obra sin acabar, algunos lisonjeros, otros amables, otros cobardes  y algunas espadas. Nunca quería bajar, ya que para llegar allí tenía que morir.

PRIMERA PLANTA O EL BOSQUE

Sentado en la copa de mi árbol tótem, rodeado de pájaros y observando los confines del bosque, la visión se deslizaba entre las olas de la verde armonía vegetal subyacente,
con chasquidos de besos como trinos de pájaros, que se resisten a la mortalidad de los suspiros,
con anocheceres y amaneceres simultáneos nacidos para demostrar la prevalencia de lo aleatorio,
con arcoiris susurrantes de cadenciosas melodias, granas, púrpuras, cármines, cobaltos y magentas, con soles velocísimos y confiados, las más de las veces, y otras, retranqueantes y temblorosos y escondidos entre nubes de oro,
con fugas y contrafugas de olores intensos a tierra mojada, narcisos y relojes parados para cicatrizar rápidamente las heridas mas profundas, 
con hojas otoñales al vuelo convirtiéndose en aves migratorias,
y
con la lluvia eterna, permanente, constante, bautismal, purificadora y redentora de los pecados,
que me borraba, disolvía y disipada,
como gota de tinta caída en un río,
como humo de incienso,
como gallina en boca de zorro...

PLANTA BAJA O LA NOCHE

Para acceder a la planta baja se necesitaba  dejarse caer,
aprender a ser pájaro
aprender a ser suelo que impacta contra los pájaros de alas rotas
y morir
y volver a morir
y renacer desnudo en la oscuridad absoluta del centro de la PLANTA BAJA
y buscar miles de estrellas
y pintar todo de negro
¡Oh, noche oscura del alma!
y asumir la belleza de lo aleatorio
¡Oh,dulce armonía del caos!
y buscar eclipses totales, para que los dioses nos rediman
¡Oh, Dios mio!, ¿por qué?
y sentados
y desnudos
y gritando
sobre espejos enfrentados
y ausentes
y colgados
y sucios
sobre cerebros lavados
y negando la razón
y negando todo
y volviéndose completamente loco
y entender la esquizofrenia de las palabras
y renacer en el mundo absurdo
que cobra sentido
por su sonoridad
por su colocación
por su forma
por su contexto,
pero jamás, jamás
por su significado
Palabras
que olvidan los labios que las pronuncian
que ignoran que esos labios fueron rojos alguna vez
que ocultan que esos labios nacieron para robar distancias a otros labios anhelantes
que se pierden en la oscuridad
que configuran el miedo y olisquean, las palabras
que rompen los límites tácitos  y arañan, las palabras
que trasmutan la felicidad por pánico, las palabras
que cierran salidas, salvo el silencio, salvo el olvido, salvo la proscripción...
y cae la lluvía por el peso de las palabras...

PLANTA SEGUNDA O EL MAR

En el centro de la segunda planta y debido a una convulsa nostalgia de existir, en un ímpetu de materia y realidad  se petrificaron las ideas de mis dias leves como plumas, y desde lo más profundo del mar surgió, como un esputo, el magma ardiente que al solidificarse se convirtió en la isla que perfilaba los delirios de los naúfragos y los cantos de las sirenas.
Este mundo rodeado de agua, pronto se pobló de seres recientes, que bastaba con señalarlos con el dedo para apropiarse de ellos.
Los días pasaban unos iguales a otros, y allí estaba el inmenso mar y su juego caleidoscópico de olas, sonidos, y brisas, y el sol de las octavas rielaba y lanzaba refulgentes brazos sobre los arpones de los marineros, y el mar era azul al amanecer, y el mar era azul al mediodía, y el mar era azul en noches como esta, y los ríos se ensanchaban y encogían en el acordeón de las mareas, y los ríos subían a los valles para demostrar la prevalencia de la ley natural, y escalaban montañas, y desde allí se convertían en lluvia y luego en nube y luego en PALABRA,
y el mar, el río, la lluvia y la nube se entrelazaban y se llamaron AGUA, y alguien (YHWH)* lo NOMBRÓ, y nombró el fuego, y nombró la tierra, y nombró el aire, y nombró todo lo visible, y nombró todo lo creado, en ese momento noté que mi edificio estaba terminado y coloqué mi bandera en el tejado,
DESPERTÉ.
*YHWH (Year Here, Well Homage)

 AQUI VIENE EL HOMENAJE: