NO LLEGÓ AL TREN.
El tren empequeñecido,
por los efectos ópticos de la perspectiva
y desvanecido entre las bocanadas de humo ,
desaparece, EMPEQUEÑECE, MINÚSCULA MAQUETA, PUNTO
NADA
MENTE.
Levanta los brazos y entre el vapor y
entre el olor a sudor, y entre el calor, y entre el traqueteo de la estación, y
entre la luz misteriosa del poniente ,y entre la terrible luz alargada del
poniente, y entre el punto de fuga de las líneas paralelas
Grita:
!PERDÍ MI ULTIMA OPORTUNIDAD!
La voz suena, resuena, choca en los roblones,
pilares, nudos, cerchas, cubierta, paredes y suelos.
Toda la estación repite el sonido miles de
veces.
Miles de ecos metálicos repiten insistentemente
unidad, unidad, unidad.
El engranaje perfecto de hombres, máquinas,
pasajeros, bultos, se para.
Todos miran a Mente
MENTE:
Mete sus dedos en la boca, mete su mano derecha
en la boca, mete su brazo derecho en la boca.
Su mano libre empuja fuertemente el codo del
brazo ejecutor.
Ojos desorbitados, círculo perfecto negro sobre
blanco, lengua de vaca degollada.
Boca descomunal. Pelo negro, Pelo pardo. Rojo,
enmarañado, revuelto, desbarbado, y sucio.
¡Empuja con el codo mas fuerte,
Mente,
hasta el fondo, hasta el alma!
Las manos asesinas al igual que los trenes,
siempre llegan a su destino.
Agarra su corazón.
Lo arranca, de cuajo,
lo saca, de cuajo
Lo despedaza, de cuajo
Escribe, de cuajo, con sangre de cuajo,
En el suelo de cuajo:
COMIDA PARA PERROS
Y en una voz terrible, arañada, carraspeada,
herida...
desde el suelo
comienza su absurdo soliloquio:
¡Hay mísero de mí!
¡Hay infelice!
Apurar, bloggeros, pretendo,
ya que me tratáis así
qué delito cometí
contra la lógica escribiendo;
ya que me tratáis así
qué delito cometí
contra la lógica escribiendo;
¿No escribieron los demás?
Pues si los demás lo hicieron,
¿qué privilegios tuvieron
qué yo no gocé jamás?
Pues si los demás lo hicieron,
¿qué privilegios tuvieron
qué yo no gocé jamás?
¿No escriben las viejas,
con sus dientes afilados
escupen versos sin piedad
a los viejos desdentados,
buscando la sonoridad
de sus miembros desmembrados,
por los achaques de la edad?
¿Y ,yo, sin tanta ampulosidad,
entre rejas estoy encerrado?
¿No escriben los brutos
para subir su autoestima
paladeando el escorbuto,
de la boca de sus primas?
cuando describen un fruto
para acertar con la rima
al infeliz amante llaman Puto
y prosiguen con la pantomima;
¿y, yo, con sensibilidad mas fina
soy tratado de prostituto?
¿No escriben los pijos
a sus personajes heterogéneos,
buscando sonoridades imperceptibles
porque se creen unos genios?
Sus versos sólo pausíbles
por personas de su gremio
los cosen con imperdibles
para obtener "merecidos" premios;
¿y yo, que tengo más ingenio
me tachan de incomprensible?
¿Qué juicio, razón, o queja
al significado pone rejas?
¿Qué destino fatal
de los textos menos burdos,
que son tachados de absurdos,
por buscar lo racional?
¿Qué sentido más basto
del que huye de lo abstracto
y pretende darle un sentido
a todo lo vivido?
Mente se incorpora.
VIGILANTE:¡Ya te lo decía yo, no ibas a llegar!
Sin mediar palabra, Mente, arremete contra el
vigilante, lo lanza a la vía, pasa un tren, frena el tren, chirría
el tren, le golpea, le parte en dos, le mata, le parte en cuatro, le golpea, le
golpea …
Mientras tanto un perro maloliente olisquea los
pedazos del corazón, y se los come a estrincones.
Un pitido agudo, chirriante, insoportable y
amarillo, que surge de las ruedas del tren, inunda la escena.
Mente se desnuda.
Su cuerpo es completo, cerrado,
autocontenido, sólido, y perfecto.
El sonido cesa.
Todo se llena de luz blanca.
Mente abre los brazos, le salen alas de espuma,
y se hecha a volar.
Música de Bob Dylan. El tamborilero.
FIN DE LOS ENTRETANTOS.
PRIMER COMENTARISTA: ESTO ES UNA MIERDA.
SEGUNDO COMENTARISTA: ESTO ES UNA GRANDISIMA
MIERDA.
TERCER COMENTARISTA: No puede hablar, esta
llorando a moco tendido, balbucea, y dice costanglo partancilos calantrulo, sigue
llorando.