SOBRE EL NUMERO TRES
Mujer disfrazada de sorpresa irrumpe en domicilio vegetal
Sus pelos largos alcanzan la puerta del piso de enfrente
Senoidales ondas que alabean el desliz del terreno a claroscuros evocan espacios efervescentes
Senoidales ondas que alabean el desliz del terreno a
puñaladas evocan espacios efervescentes
Ojos lunas como aullidos encienden 2 cigarros -el tuyo, el mio, el de ella-
Dos mujeres lunas como ojos disfrazadas de aullidos orbitan nuestro cuerpo
-La superficie era rugosa como al inicio de la conversación
Tras rebasar los acodalamientos, la habitación multiforme discernía el triplete de la soledad
-La colina era suavidad creciente, perfilada en un paisaje tipo gurruño
-mejor:
-Era una colina apoyada en el zigzagueo de un hilo de agua,
la textura en sus zonas bajas era áspera como los arbustos y malas hierbas; pronto ascendían nogales,robles y espesura vegetal intratable. La cumbre semiesférica y pelada era verde como solo las cumbres saben serlo, y los viejos.
El sol asomado, a ratos, era testigo intermitente del tumulto corporal y de las 12 en punto.
No era invierno, aunque los pájaros...
ni primavera grillal, ni cordero recental,...
Si al menos las hojas caídas en oleadas...
Tres cuerpos o cuatro entrelazados corriendo torsos, y pájaros como manos encima, o no, planeando un verano sin sábanas, sufrían el taconeo de un emplazado