EL UMBRAL
-Estoy
decidido a pasar,
-Sospecho
que cuando cierre la puerta el estruendo será tan grande que cambiará las notas
del pentagrama.
-A ver...imagino: asir el pomo, bocanada de
aire, pasar y portazo, sin mirar adelante, sin mirar atrás, como dice la
canción...: “Del portazo saldrán cinco o seis epicuros al menos, que
demostrarán la inexistencia de límites”
I
-Saben aquel
que dice...
Los
límites son evanescencias de los instantes- dijo Epicuro IV
-Disfrazado
de instante, meto mis hurgadoras manos oceánicas, mejor, meto las yemas de mis
tristes dedos, en tiempos que no son presente: “Así los ojos saben mejor” -es
mi excusa.
II
O este otro:
De envolverme prefiero empezar con el pie, la
cabeza respira y aproxima epojé ()¿?
Hubo un
tiempo cuando las cosas no eran sino las partes que no las contenían, bastaba
con negarlas para crear un mundo por explotar –dijo Epicuro V
III
O este otro:
-Estoy
decidido a pasar: Me recreo en mi figura inerte, me engalano de esos
movimientos naturales que subyacen en el alma de los retratados, tanto me
recreo que parece mi perfil muerte.
- Río Muerte
–me dice Epicuro II, mientras sujeta un reloj de arena
IV
O este otro:
-No es una
pregunta pagana quizá escalera que no sé sabe si sube o baja.
-No será
un portazo grande, ni mucho menos, pero toda la clase se quedará mirando -el
profesor con la tiza en la mano desde la tarima interrumpe su lección-. Tengo
que llegar a la última fila, a mi pupitre vacío... (pensó Epicuro I).”
V
Explicación
del profesor, justo antes de mi irrupción:
[...]
-Nada se puede conocer, No podemos afirmar nada de la realidad,
-en ese
momento mi pupitre vacío interrumpió la explicación-
-¡Eso es
una tontería autocontenida, La afirmación se niega a si misma!
-Bien
dijo el profesor:
-Sólo
podemos conocer “absolutamente” afirmaciones que se nieguen a sí mismas
-¡Eso
sí!, reafirmó mi pupitre, lleno de telarañas
( mi pupitre
hace las veces de Epicuro III, Vale?)
-En ese
mismísimo instante, en ese exacto momento, en ese justo segundo, abriré la
puerta de la clase, la puerta del caos.
Conclusión
"Solo soy yo
cuando me niego a mi mismo"